Pecamos de memoria corta. El día a día y
el sinfín de distracciones que nos bombardean en todos los formatos
posibles de la industria cultural nos apartan de la historia. No debería
sorprendernos que a algún azaroso titiritero le convenga hacernos
olvidar lo aprendido. Entonces, surgen como tabla de salvación los
aportes documentales que nos traen de vuelta las experiencias vividas
para que de sus lecciones podamos poner en práctica un sistema de
defensa de nuestras libertades, de nuestra soberanía, en pleno uso y
ejercicio de nuestros derechos fundamentales.
Ejemplo de ello son los libros de
historia y las biografías, herramientas indispensables para reivindicar
nuestras luchas y nuestras victorias. Allende: La biografía, del español
Mario Amorós, es producto de 18 años de investigación que resultan en
700 páginas de documentos, fotografías, mapas, discursos, anotaciones y
una descripción muy detallada sobre el presidente chileno masacrado por
los intereses económicos de los grandes dueños del capital.
Ante esta guerra económica que estamos
venciendo de la mano del Presidente Obrero Nicolás Maduro y su equipo de
gobierno, es necesario combatir la amnesia selectiva, renunciar a la
memoria corta y mirarnos en la historia. Si estudiamos a Salvador
Allende, su vida política, su auge como gran líder de una nación, como
militante del socialismo y del amor, nos daremos cuenta que lo que
ocurre hoy en Venezuela forma parte de un guión. Paso a paso nos damos
cuenta de que no es una fantasía que las dificultades que hoy vivimos
forman parte de una gran orquestación imperial contra la soberanía de
los pueblos latinoamericanos en vías de emancipación.
En la presentación, dice el autor:
“Cada 11 de septiembre, el eco imperecedero de su esperanzadora apelación postrera a las grandes alamedas retorna desde el fondo de la historia. Vuelve a resplandecer su heroica resistencia, casi inerme (…) ante la traición de los generales golpistas y la abyecta conducta de sus instigadores civiles. No obstante, la evocación casi exclusiva de su sacrificio ha terminado por oscurecer su labor como Presidente de la República y ha condenado al olvido su singular compromiso político a lo largo de las cuatro décadas centrales del siglo pasado, que siempre puso el acento en la superación del capitalismo, en la construcción del socialismo con pleno respeto al pluralismo, los derechos humanos y las libertades democráticas. Allende es un gran desconocido, incluso en Chile, donde aún resiste la mitología construida por la dictadura militar y sus apologistas para legitimar el golpe de Estado”.
Recordemos, además, las heroicas últimas
palabras del Presidente mártir:
“Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.
No permitamos que ese sacrificio de
Salvador Allende quede en el olvido. No dejemos que se diluya con el
tiempo. Mirémonos en ese espejo. No nos tomemos a la ligera lo mucho que
se parece la Chile de Allende con la Venezuela de Hugo Chávez y de
Nicolás Maduro. Para eso, la lectura es el despertador de conciencias.
Así que a leer siempre, hagamos del libro el arma más efectiva contra la
desmemoria.
@GipsyGastello
ggastello@gmail.com
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