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martes, 9 de junio de 2015

RUDYARD KIPLING PARA RESPONDER PREGUNTAS DIFÍCILES

Publicado en Contrapunto



Al primer británico galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Rudyard Kipling, debemos agradecerle historias como las de El libro de la selva, que hicieron de nuestra infancia un viaje inolvidable. Ese Mowgli inmortalizado por Disney, junto a los antropomórficos Baloo y Bagheera, es una fuente inagotable de lecciones morales y respuestas a las también inagotables curiosidades infantiles.

Más allá de los poderes sobrenaturales de la gigantesca industria cultural, cuya bandera es la cinematografía, Kipling vuelve en forma de libro a nuestras bibliotecas. Un formato mucho más modesto, pero por esa misma razón más accesible. Así fue como... es un grupo de cuatro cuentos infantiles que explican cómo el camello obtuvo su joroba, por qué las ballenas comen peces pequeños, por qué el rinoceronte tiene la piel arrugada y cómo fue que el leopardo obtuvo una piel plagada de manchas.

Además del humor y la infinita imaginación que hacen de estos relatos una oportunidad inapelable para retomar esa tradición de leer un cuento antes de dormir, el propio Ruyard Kipling ilustra este libro. Bajo la serie Los Siete Mares, la Fundación Editorial El perro y la Rana trae de vuelta la palabra amorosa y fecunda de uno de los escritores ingleses más leídos de la historia. “Hace mucho tiempo, mi niño querido, vivía en el mar una ballena que comía peces” es la primera línea de esta mágica aventura.

Este libro nace de las historias que Rudyard contaba a su primera hija, Josephine, tratando de responder con gracia la infinita sed de conocimiento de su pequeña. Ese mismo Rudyard Kipling es el del poema If (Si), en el que dibuja el buen accionar que debería invocarnos a nosotros los humanos:

"Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud
o caminar junto a Reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!".

Pero también es el mismo Rudyard Kipling excesivamente nacionalista, atormentado por la úlcera gástrica y la pérdida física de dos de sus tres hijos (uno de ellos, el único varón, en el campo de batalla). Un Rudyard que apenas a los 21 años ya probaba las mieles del éxito (con sueños y pesadillas incluidos).

A veces las circunstancias que rodean a un gran escritor son secretamente dolorosas, porque leyendo sus cuentos infantiles uno pudiera imaginarlo de otra forma. Sin embargo, esa historia podemos guardarla para más tarde, cuando las preguntas de nuestros chamos cambien de tono. Por ahora, sigamos contando cuentos de ballenas y camellos y leopardos y rinocerontes.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com


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