Recomendamos

miércoles, 17 de junio de 2015

EL LIBRO: LA MEJOR ARMA CONTRA EL AUTOGENOCIDIO UNIVERSAL

Publicado en Ciudad CCS



En su libro Testimonios de una escritura política, publicado por El perro y la rana en 2014, Julio Cortázar defiende al libro como portador de la palabra, como arma de defensa. A propósito de su respuesta a una entrevista solicitada por la revista Life en español, de Chicago, el 7 de abril de 1969, el escritor argentino hace un breve análisis de su sentimiento antiyanqui y del papel de los intelectuales frente a la amenaza del imperialismo como método de colonización de los pueblos de América.

Entre otras reflexiones, Cortázar explica: 

“… Si cualquier sistema imperialista me es odioso, el neocolonialismo norteamericano disfrazado de ayuda al Tercer Mundo, Alianza para el Progreso, decenio para el desarrollo y otras boinas verdes de esa calaña me es todavía más odioso porque miente en cada etapa, finge la democracia que niega cotidianamente a sus ciudadanos negros, gasta millones en una política cultural y artística destinada a fabricar una imagen paternal y generosa en la imaginación de las masas desposeídas e ingenuas”.

Así, devela los oscuros intereses de los grandes dueños del capital, que desde el norte pretenden manipular a los pueblos en vías de liberación: 

“Cuando se me dice que la ayuda de los Estados Unidos a Latinoamérica es menos egoísta de lo que parece, entonces me veo precisado a recordar cifras. En la última conferencia de la Unctad (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), celebrada en Nueva Delhi a comienzos de 1968, un informe oficial (no hablo de comunicados de delegaciones adversarias) indicó lo siguiente, textualmente: ‘En el año 1959, los Estados Unidos obtuvieron en América Latina 775 millones de dólares de beneficios por concepto de inversiones privadas, de los cuales reinvirtieron 200 y guardaron 575’. Estas son las cosas que prefieren ignorar tantos intelectuales latinoamericanos que se pasean por los Estados Unidos en plan de confraternidad cultural y otras comedias. Yo me niego a ignorarlo, y eso define mi actitud como escritor latinoamericano”.

Es entonces cuando, investido con su papel de intelectual latinoamericano dispuesto a dar la batalla en el campo de las ideas, Cortázar afirma: 

“… Estamos al borde del vértigo, de las bombas atómicas, acercándonos a las peores catástrofes, y el libro sólo me parece una de las armas (estética o política o ambas cosas, pues cada cual debe hacer lo que le dé la gana mientras lo haga bien) que todavía puede defendernos del autogenocidio universal en el que colaboran alegremente la mayoría de las futuras víctimas”.

Hoy, en pleno siglo XXI, la tarea de los creadores y creadoras que militan por un mundo mejor sigue siendo la misma: hacer con su acto creativo una forma de defensa del bienestar común, del amor como bandera. Porque, tal como lo afirma Cortázar: 

“Si no hacemos la revolución profunda en todos los planos y proyectamos al hombre de nuestras tierras hacia la órbita de un destino más auténtico, el verbo sólo será realmente nuestro el día en que también lo sean nuestras tierras y nuestros pueblos. Mientras haya colonizadores y gorilas en nuestros países, la lucha por una literatura latinoamericana debe ser –en su terreno espiritual, lingüístico y estético— la misma lucha que en tantos otros terrenos se está librando para acabar con el imperialismo que nos envilece y nos enajena”.

Así que, para vencer a ese imperialismo que “nos envilece y nos enajena” debemos hacer de la práctica cultural, del acto creativo, del ejercicio literario, de la lectura como trinchera, un arma invencible. Y sólo es posible con la acción cotidiana. No dejar de crear nunca, a pesar de las dificultades, como estrategia para consolidar nuestra Revolución.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

LA MORALEJA DE ALLENDE COMO LECCIÓN PARA VENEZUELA

Publicado en Ciudad CCS



Pecamos de memoria corta. El día a día y el sinfín de distracciones que nos bombardean en todos los formatos posibles de la industria cultural nos apartan de la historia. No debería sorprendernos que a algún azaroso titiritero le convenga hacernos olvidar lo aprendido. Entonces, surgen como tabla de salvación los aportes documentales que nos traen de vuelta las experiencias vividas para que de sus lecciones podamos poner en práctica un sistema de defensa de nuestras libertades, de nuestra soberanía, en pleno uso y ejercicio de nuestros derechos fundamentales.

Ejemplo de ello son los libros de historia y las biografías, herramientas indispensables para reivindicar nuestras luchas y nuestras victorias. Allende: La biografía, del español Mario Amorós, es producto de 18 años de investigación que resultan en 700 páginas de documentos, fotografías, mapas, discursos, anotaciones y una descripción muy detallada sobre el presidente chileno masacrado por los intereses económicos de los grandes dueños del capital.

Ante esta guerra económica que estamos venciendo de la mano del Presidente Obrero Nicolás Maduro y su equipo de gobierno, es necesario combatir la amnesia selectiva, renunciar a la memoria corta y mirarnos en la historia. Si estudiamos a Salvador Allende, su vida política, su auge como gran líder de una nación, como militante del socialismo y del amor, nos daremos cuenta que lo que ocurre hoy en Venezuela forma parte de un guión. Paso a paso nos damos cuenta de que no es una fantasía que las dificultades que hoy vivimos forman parte de una gran orquestación imperial contra la soberanía de los pueblos latinoamericanos en vías de emancipación.

En la presentación, dice el autor: 

“Cada 11 de septiembre, el eco imperecedero de su esperanzadora apelación postrera a las grandes alamedas retorna desde el fondo de la historia. Vuelve a resplandecer su heroica resistencia, casi inerme (…) ante la traición de los generales golpistas y la abyecta conducta de sus instigadores civiles. No obstante, la evocación casi exclusiva de su sacrificio ha terminado por oscurecer su labor como Presidente de la República y ha condenado al olvido su singular compromiso político a lo largo de las cuatro décadas centrales del siglo pasado, que siempre puso el acento en la superación del capitalismo, en la construcción del socialismo con pleno respeto al pluralismo, los derechos humanos y las libertades democráticas. Allende es un gran desconocido, incluso en Chile, donde aún resiste la mitología construida por la dictadura militar y sus apologistas para legitimar el golpe de Estado”.

Recordemos, además, las heroicas últimas palabras del Presidente mártir: 

“Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.

No permitamos que ese sacrificio de Salvador Allende quede en el olvido. No dejemos que se diluya con el tiempo. Mirémonos en ese espejo. No nos tomemos a la ligera lo mucho que se parece la Chile de Allende con la Venezuela de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. Para eso, la lectura es el despertador de conciencias. Así que a leer siempre, hagamos del libro el arma más efectiva contra la desmemoria.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

GUSTAVO PEREIRA PARA NIÑAS Y NIÑOS

Publicado en Ciudad CCS



Un margariteño único e irrepetible. Poeta del mundo, de los años, de la vida. Autor de nuestro preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Sí, hablo de Gustavo Pereira. Ese gigante que hace de la palabra esperanza y puñal. Herramienta y consuelo. Ventana abierta y conciencia despierta.

Por los caminos verdes me enteré que él era el cuarto escritor de la colección tan bonita que hizo Laura Antillano, sobre la poesía para niños y niñas como parte de la Campaña Nacional de Promoción de la Lectura. Lo busqué entonces, porque Gustavo es de mis favoritos. Con sus Somaris y sus escritos de salvaje, este margariteño, viajero de carretera, humilde y cercano, me cambió la vida.

Y de tanto buscarlo entre las librerías, fue en la Filven 2015, que comenzó el pasado 12 de marzo en los espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño, donde lo conseguí. En aquel inmenso stand repleto de libros editados por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, finalmente lo alcancé. Y de ñapa, en carne y hueso, a la mismísima Laura Antillano, responsable de tan hermosa tarea. Pude hablarle de mi admiración junto a una de las cajas registradoras. Y pude sentir que esa pequeña y hermosa Laura recibió mi felicitación con el mismo cariño que recibe Gustavo el reconocimiento de la gente común que se cruza con él en la calle.

Bien, ahora padres y madres podrán llevar a casa una pequeña muestra de la palabra infinita de Gustavo Pereira. Él podrá decirle a sus hijos e hijas:

“El pan partido sobre la mesa de mi casa
Los restos de comida en el mantel las ollas y todo
aquello
Y mis hermanos reunidos y la tropa entera masticando
Y el sonido de la lluvia en las tejas y después las largas
noches
con la lámpara Coleman colgando de la viga
Y las salamanquejas que aterraban a mi madre y el paso
secreto en el patio
Y los pequeños lagos en el barro donde echaba mis naves
blancas y largas de papel de cuaderno”.

Sí, ese Gustavo niño de Los cuatro horizontes del cielo, ese mismo Gustavo sabio y vivo de nuestras tantas luchas. Nuestro Gustavo consecuente y despierto, militancia y ejemplo, palabra viva. Ese mismo Gustavo estará ahora en el imaginario de nuestros pequeños y pequeñas, que es lo mismo que decir: nuestro futuro. Un Gustavo, además, militante con acción y pensamiento. Ejemplo de lo que deberían ser nuestros intelectuales, aceptar la invitación que hiciera Julio Cortázar desde la lucha nicaragüense frente al asedio yanqui: Militar desde el arte, sin cercenar al arte en sí. Y es así como Gustavo Pereira sigue produciendo sin descanso alguno. Su capacidad creativa es inagotable. Y ahora que puede llegar a los niños y niñas parar abrirles con su verbo una ventana infinita, nuestro gigante Pereira da un paso adelante para seguir sembrando en nuestros corazones ese orgullo patrio que despierta ante su poder de la palabra.
 
¡Que viva la poesía como la mejor trinchera!

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

LECTURA PARA LA BATALLA

Publicado en Ciudad CCS



Volver a las palabras del Comandante Eterno Hugo Chávez, gigante de América y Líder Supremo de la Revolución Bolivariana, es una necesidad histórica para quienes seguimos en la firme construcción de la Patria Nueva que él nos dejó claramente señalada. Es parte de la defensa de su legado hacernos de sus escritos para no perder la ruta.

Entre las lecturas imprescindibles para la batalla se encuentra, sin lugar a dudas, El Libro Azul, que marca la ruptura histórica devenida luego de la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992. En este breve pero intenso texto del Comandante Chávez están las líneas fundamentales para la construcción del socialismo del siglo XXI.

En El Libro Azul se desarrolla la idea del árbol de las tres raíces donde entra en franco diálogo la línea de pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar, la de Simón Rodríguez y la de Ezequiel Zamora. En cincuenta páginas se dibuja el fundamento ideológico que nos guía en la concreción de ese mundo nuevo que sí es posible.

Ahora, en tiempos determinantes frente a la agresión imperial, dirigida actualmente por el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y evidenciada en su nefasto decreto que denomina al pueblo venezolano como una “amenaza extraordinaria e inusual” para la seguridad nacional de ese país; volver a El Libro Azul resulta una obligación para quienes creemos firmemente en la defensa de nuestra libertad y soberanía.

Entonces, dispongo de algunos fragmentos:

Más allá del sistema social, existe la cultura como elemento estratégico del modelo de sociedad, entendida dentro de un nivel de conceptualización sumamente dinámico, que trasciende la mera noción patrimonial inventiva y cognitiva, hasta abarcar la estructura ideológica del cuerpo social.
  Y en un panorama más amplio y profundo, todavía, el Proyecto Nacional Simón Bolívar asigna a la cultura un rol eminentemente transformador y revolucionario, a través de la promoción y libre desarrollo de la creatividad, recogida en la dicotomía existencial robinsoniana:  
‘Inventamos o erramos’.  
El individuo concreto es resultado de la interacción con los dos componentes situacionales señalados, proceso en el cual la estructura social determina en alto grado los caracteres individuales.  
El individuo como actor social ejerce, sin embargo, influencia de significación variable sobre el sistema social. El modelo de sociedad original debe potenciar la capacidad y su relativa autonomía creadora dentro de la situación.

 
Aquí, el Comandante Chávez nos invita a abordar el modelo de sociedad original, “con un enfoque de globalidad definido por la interacción del sistema social de la cultura y los factores individuales”.

Ningún líder en el mundo le ha dado la importancia que Hugo Chávez le da a la cultura como arma fundamental para la defensa amorosa y pacífica de un pueblo que tomó la decisión irreductible de ser independiente.

Entonces, en nombre del Comandante Supremo Hugo Chávez, y gracias a él y a su visión de futuro, ¡vayamos a la ofensiva cultural! Esa es la batalla fundamental que debemos dar para defendernos como pueblo valeroso, convencido, valiente, indetenible e invicto.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

LAS VOCES DE DANIELA SAIDMAN

Publicado en Ciudad CCS



Siempre me gustó la pluma de Daniela Saidman. Sus escritos son mi lugar recurrente cada sábado en el semanario cultural Todos Adentro. Su mirada plena a la creación literaria, su entretejido cariñoso de las palabras, su ternura para hablar y mirar al mundo a través de los libros tiene un poder hipnótico.

Me enteré por redes sociales del libro de Daniela. En estos tiempos de socialización 2.0, ya resulta cotidiano que las noticias vuelen por internet. En Instagram vi una foto suya con su flamante libro publicado por Fundarte que reúne muchos años de su trabajo como periodista cultural reseñando a escritores y escritoras que hacen del libro una herramienta para la liberación. Se llama Voces del Sur y será presentado en la próxima Feria del Libro de Caracas.

En Voces del Sur hay lugar para todos y todas. Están desde Aquiles Nazoa hasta Roque Dalton, pasando por Neruda, Benedetti, Cortázar, Nicolás Guillén, José Saramago, Ángel Rama, Lezama Lima y muchos etcéteras. Pero muchos, muchos etcéteras, porque Daniela jamás ha parado de escribir. La música también ha tenido lugar con Alí Primera, Silvio Rodríguez, Daniel Viglietti y tantos más. También están presentes los grandes temas, lo que ella llama las lecturas urgentes, donde alzan la mano Salvador Allende, Frida Kalho, Álvaro Mutis y El Gabo, Mandela, Irak, Hiroshima y los poemas para la paz.

Al menos diez años de trabajo de Daniela están en Voces del Sur. Pero es mucho lo que falta todavía. Fue mucho lo que siguió escribiendo desde que este libro era un sueño en imprenta y es mucho lo que seguirá escribiendo más allá de los tiempos. Y es así porque Daniela encarna la militancia intelectual de la que nos hablaba Julio Cortázar, inspirado en nuestro gran Luis Britto García. De ese espíritu de lucha en la palabra, Daniela nos dice al final de estas páginas: 

“La tarea que aún tenemos por delante es forjar la Patria Cultural. Hacer la Revolución que nos convoque a ser más libres, más tiernos, más nuestros… la revolución cultural que nos ayude a sentar las bases espirituales del socialismo bolivariano que nos encuentra no solo a los venezolanos, sino a todos los hombres y mujeres que creemos posible una América Nuestra que perpetúe ya para siempre las voces y las palabras que nos definen y nos proyectan hacia el porvenir. Por eso ahora más que nunca cultura y revolución, más que nunca cultura y socialismo, más que nunca compromiso y unidad revolucionaria para hacer realidad los sueños de una mañana que conquistamos y que estamos obligados a defender y preservar para todas las generaciones venideras”.

EL CHÁVEZ COMUNICADOR

En Voces del Sur, Daniela Saidman dedica un espacio protagónico al Comandante Supremo Hugo Chávez como el principal promotor del libro y la lectura, como el gran comunicador, como el guía en nuestra ofensiva cultural. Allí hace un recorrido en las distintas plataformas mediáticas de las que nuestro Líder se hizo dueño gracias a su condición de estratega y su innegable carisma. Dice Daniela: 

“Chávez es el gran comunicador, el amoroso quijote que palabra en voz supo decirnos de dónde veníamos para que juntos hiciéramos nacer el futuro. Su imagen y su palabra cierta, su hechura humana, se queda en cada venezolano que mirándolo supo reconocer el tiempo que aún está por venir”.

En las sedes de El Techo de La Ballena (en la esquina Las Gradillas una y en La Pastora la otra) pueden encontrar este libro. Si no, nos vemos en la próxima Feria del Libro de Caracas donde será presentado por Iván Padilla Bravo y Marialcira Matute.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

lunes, 15 de junio de 2015

LA VENEZUELA DE PABLO NERUDA

Publicado en Ciudad CCS



Cada libro tiene su historia. El cómo llega a nuestras manos forma parte de un bagaje emocional que escribirá el destino de esa pequeña arma de hojas de papel que tendrá (o no, eso depende) un papel protagónico en nuestras vidas. 

Con Pablo Neruda: Pasión por Venezuela, existe una anécdota especial. Se trata de un libro que me costó mucho conseguir. Es una edición muy hermosa de El Perro y La Rana, gracias a una recopilación de Luis Navarrete Orta e ilustraciones de Henry Rojas. Allí se recoge el perenne homenaje del poeta más grande del siglo XX en cualquier idioma (como lo calificó Gabriel García Márquez) a nuestra amada Venezuela. Que Neruda haya dedicado parte de su obra a esta Patria Bolivariana es motivo de gran orgullo y celebración.

Cuando lanzaron este libro en 2014 hubo una gran cobertura mediática. Como era de esperarse, salí corriendo a comprarlo. Un librero amigo me dio la noticia de que había sido de distribución gratuita y que no sabían cuándo estaría a la venta. Me despeché.

Así de simple. Al tiempo, con la esperanza perdida, tuve que ir al Teatro Teresa Carreño por razones laborales. Para mi sorpresa, justo en la entrada, en uno de los grandes mesones, estaba el libro, entre muchos otros iguales a él, esperándome con los brazos abiertos.

En casi 200 páginas se reúnen los fragmentos de la obra de Neruda que dedicó a Venezuela: poemas del Canto General, Las uvas y el viento, Navegaciones y regresos, Canción de gesta y Confieso que he vivido. En este último hay un fragmento en especial que dedica a Fidel Castro y su visita en Caracas quince días después del triunfo de la Revolución Cubana:

“He visto pocas acogidas políticas más fervorosas que la que le dieron los venezolanos al joven vencedor de la Revolución Cubana. Fidel habló cuatro horas seguidas en la gran plaza de El Silencio, corazón de Caracas. Yo era una de las doscientas mil personas que escucharon de pie y sin chistar aquel largo discurso. Para mí, como para muchos otros, los discursos de Fidel han sido una revelación. Oyéndole hablar ante aquella multitud, comprendí que una época nueva había comenzado para América Latina. Me gustó la novedad de su lenguaje. Los mejores dirigentes obreros y políticos suelen machacar fórmulas cuyo contenido puede ser válido, pero son palabras gastadas y debilitadas en la repetición. Fidel no se daba por enterado de tales fórmulas. (…) El presidente Betancourt no estaba presente. Le asustaba la idea de enfrentarse a la ciudad de Caracas, donde nunca fue popular.

Cada vez que Fidel Castro lo nombró en su discurso se escucharon de inmediato silbidos y abucheos que las manos de Fidel trataban de silenciar. Yo creo que aquel día se selló una enemistad definitiva entre Betancourt y el revolucionario cubano. Fidel no era marxista ni comunista en ese tiempo; sus mismas palabras distaban mucho de esa posición política. Mi idea personal es que aquel discurso, la personalidad fogosa y brillante de Fidel, el entusiasmo multitudinario que despertaba, la pasión con que el pueblo de Caracas lo oía, entristecieron a Betancourt, político de viejo estilo, de retórica, comités y conciliábulos. Desde entonces Betancourt ha perseguido con saña implacable todo cuanto de cerca o de lejos le huela a Fidel Castro o a la Revolución Cubana”.

Parece que la oposición venezolana del siglo XXI aprendió mucho de Rómulo Betancourt. Esas “fórmulas machacadas” siguen rodando por la historia para repetirse. Entiéndase entonces que siempre hemos sido los perseguidos. Y hoy, aunque seamos Gobierno, seguimos siendo el objeto de la “saña implacable” de la derecha reaccionaria, por el simple hecho de olerles a Fidel y a la Revolución Cubana, que es lo mismo que oler al amor, a la justicia, al Hombre Nuevo y a la Mujer Nueva por lo que tanto luchamos.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

BOLÍVAR EN PROSA

Publicado en Contrapunto



Con verso o sin verso, en medio de las ataduras de la métrica o en pleno vuelo de las libertades literarias, la prosa como forma de expresión nos apasiona en el más alto sentido de la pureza de la palabra.

La dureza del dato histórico no queda exenta de ese poder de encumbrarnos que tiene el lenguaje poético. Nos remonta a las imágenes de un pasado que contribuyó en gran medida a nuestro ser hecho presente.

Y así, queda expuesto ante nosotros, de la mano del gran Edmundo Aray, el “reverso secreto de la gloria que no registran las plumas de los historiadores”. La voz de Simón Bolívar, El Libertador, luego de su furor cinematográfico, llega a nuestras manos en forma de libro. Pero no de cualquier libro.

La pena del cristofué es una especie de oda a esos ratos de soledad de nuestro eterno Simón, en los que presumimos, y leímos en sus cartas, un retumbe estrepitoso de su día a día, de su cotidianidad de héroe patrio amado y odiado. Edmundo Aray logra en su breve pero precisa apología, bajar al Libertador de las frías estatuas de las plazas y hacerlo humano, más humano que nunca, de carne y hueso y miedo y deseo y contradicción y fe absoluta en un futuro posible en manos de la autodeterminación.

Gracias al esfuerzo incansable del Fondo Editorial Fundarte, llega a nuestras manos un libro imprescindible para quienes nos negamos a condenar a la historia como un florero de oficina. La historia vive porque nosotros la hacemos en cada pequeño accionar diario. Entonces, La pena del cristofué se convierte en una serie de hermosas fotografías que se transforman en pequeños poemas de la infinitud del alma de un hombre que puertas afuera fue héroe, y que puertas adentro resultó, simplemente, una llamarada que cumplió con la rutina burocrática del mundo terrenal para perpetuarse en los libros.

Edmundo Aray, uno de nuestros grandes poetas y cineastas, fundador de la revista cultural Rocinante, de verbo apasionado y pluma inclemente, afable de trato, nos lleva al borde de la nostalgia con relatos íntimos, haciéndose del soliloquio: 

“Nací para contemplar el sol de las victorias. Nací para encumbrar montañas. Nací para desandar llanuras. Para navegar nací, entre los hombres, en la mar borrascosa. Yo soy la tempestad, hombro de la vida, enrojecida llama. Yo siento por lo presente y por los siglos futuros. La luz de la verdad y del tiempo nada esconde, al mérito brilla y a la maldad descubre. Otro modo de decir, Camilo, amigo mío. Cartagena redentora, multitudinaria y bella, recíbeme, amorosa, entre tus brazos. Ábrete, pronto, como una flor, como una orquídea blanca, iluminada, que pronto me devorarán los cuervos de la noche”.

Gracias, Edmundo, por tu incansable osadía.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

LAS PALABRAS CRUZADAS DE ELENA PONIATOWSKA

Publicado en Ciudad CCS

 


No soy propensa a leer libros de entrevistas. Prefiero conocer a mis autores favoritos a través de sus obras. Hago consultas al azar cuando la ventana de un libro me deja con más preguntas que respuestas y me hago de la rápida investigación internauta para atar los cabos. Salvo con Julio Cortázar, por quien hago todas las excepciones del mundo, me quedo con las palabras escritas como un fluir desaforado y no como interrogatorio.

Sin embargo, la voraz luchadora mexicana Elena Poniatowska merece que rompa con la rutina. Leyéndola y acercándome a sus libros encontré Palabras Cruzadas, una serie de entrevistas a grandes personalidades como Nicolás Guillén, José Revueltas, Mario Moreno Cantinflas, Alfonso Arau, Jaime Sabines y (adivinen) Julio Cortázar, entre muchos otros. Un ejemplar de extraordinaria calidad gracias a Ediciones Era. Inevitable llevarlo conmigo.

Elena Poniatowska es una gran entrevistadora, siempre lo será. Una escuela en carne y hueso del género. No sólo cómo lleva su producto final al papel, sino cómo se hace de su bagaje intelectual para desnudar tiernamente a sus entrevistados.

INCLUSO A LOS MÁS DIFÍCILES

Dice que nuestro Rómulo Gallegos era un hombre de pocas palabras. Y en catorce páginas ese duelo de preguntas y respuestas lo demuestran. A pesar de su resistencia, Don Rómulo se deja vencer por la joven Elena, quien para el momento de la entrevista contaba con apenas 26 años. El 16 de febrero de 1958 salió publicado el resultado final en México en la Cultura, y gracias al libro Palabras Cruzadas podemos descubrir a ese Don Rómulo escondido y quieto tras su máquina de escribir.

Después de recorrer al Gallegos Presidente, luchador social, defensor de los Derechos Humanos, genio intelectual, logra sacarle una fuerte confesión tras una breve pregunta: 

¿Cómo trabaja usted?
 
Entonces, alzando una ceja, Don Rómulo responde:
 
“Yo no puedo escribir frente a otra persona. A mi mujer, que era la mitad de mi persona, le leía todo lo que yo escribía pues aunque no era sino una mujer sencilla, tenía buen gusto y buen sentido de las cosas. Cuando por alguna razón llegaba y se sentaba frente a mí mientras yo escribía, yo protestaba: ‘No chica, te vas, yo no puedo’.Para escribir necesito estar solo. Un encierro. Ha de ser un rincón del cuarto, un ángulo de la pared. No podría hacerlo en medio de un cuarto como estoy ahora. Ha de ser un rincón; no, ni siquiera frente a una ventana. Una pared y nada más. Escribo a máquina y me es absolutamente imposible pensar sino frente a la máquina”.

Antes de eso, la valiente Elena se atrevió a preguntarle: ¿qué opina de la literatura mexicana? ¿Qué obras revelan de una manera artística la realidad del país? A lo que Don Rómulo le lanzó un cuarteto de cortas y fulminantes frases: 

“No me haga hablar de ningún otro escritor. Yo no soy crítico. Hablarle de la literatura, nada. Practicarla, sí”.

Jamás me hubiese imaginado que un libro de entrevistas me revelaría esta faceta de Rómulo Gallegos, ese eterno practicante de la literatura. Y es que el mundo de los libros es una ventana abierta que jamás deja de sorprenderme.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

PABLO MONTOYA Y EL SUEÑO CUMPLIDO DE TODO ESCRITOR

Publicado en Contrapunto



Pablo Montoya Campuzano es el quinto colombiano en ganar el Premio Rómulo Gallegos, uno de los más prestigiosos de la literatura hispanoamericana, no sólo por los 100 mil dólares que significa ganarlo, sino por su trayectoria, en tiempo y nombres de ganadores, que lo hacen uno de los lugares más deseados para los escritores en nuestra lengua.

Ser el quinto es una especie de número mágico. El primero fue Gabriel García Márquez con 100 Años de Soledad hace más de 40 años. Luego Manuel Mejía Vallejo, después Fernando Vallejo, y hace unos seis años William Ospina con su famosísima novela El país de la canela. Otros (y otras) que se han hecho con este premio son, nada más y nada menos, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, Arturo Uslar Pietri, Javier Marías, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Elena Poniatowska y Ricardo Piglia.

Nada mal para un profesor de 52 años que puso a concursar Tríptico de la infamia a principios de este año para el Premio Nacional Biblioteca de Narrativa Colombiana y fue totalmente ignorado. Ni una mención pudo ganar. Allí revive el dicho popular: Nadie es profeta en su tierra.

Aunque Tríptico de la infamia sea un libro que no haya sido difundido con fuerza (todavía) en Venezuela, leer a Montoya y sobre Montoya siempre es interesante. En mi caso, me quedé presa de su visión de la novela como género y de su método de trabajo que es, a vuelo de pájaro, uno de los métodos ideales para quienes queremos o pretendemos vivir de lo que escribimos.

Pablo Montoya pudo escribir su obra ganadora (como otras de sus obras) gracias al otorgamiento de becas tanto en su tierra natal como en otros países (Alemania y Suiza, por ejemplo). Eso significa que puede mantenerse sin tener que esclavizarse a horarios oficinescos. Eso significa que puede escribir las 24 horas del día si la musa se lo permite.

Sobre su novela ganadora, Pablo Montoya dice: 

Tríptico de la infamia fue un trabajo que me llevó muchas lecturas. En algún momento pensaba que no iba a escribir una novela sobre estos pintores por el universo tan abigarrado al que me enfrentaba, pero como gané una beca de la alcaldía de Medellín, me sentí con la presión para escribir, y lo hacía todos los días. Estaba completamente concentrado en la novela. En cuatro meses escribí 300 páginas. Luego gané una beca en Alemania y logré tener un tiempo para profundizar un poco más, viajar por varias ciudades de Europa. Estaba las 24 horas en función de ese libro”.

Dicen que de Tríptico de la infamia uno de sus mayores atributos es la experimentación. Para Montoya, la novela es un terreno libre para la invención de nuevas formas, para la búsqueda insaciable de la trasgresión: 

“Considero la novela un espacio para la confluencia de géneros, juegos espacio-temporales, diálogos con el presente y el pasado, y en ese sentido me permite esas posibilidades”. 

El debate entre el narrador ficcional y el narrador metaficcional es algo que, para que salga bien, necesita una mirada muy aguda, derecho de valentía e innegable experticia con la pluma (o en nuestros tiempos, con el teclado).

Montoya se divide en dos: el escritor y el docente. Da clases de Literatura en la Universidad de Antioquia. Otro de sus libros son La sed del ojo (2004), Lejos de Roma (2008) y Los derrotados (2012). Además, es traductor (como lo fue Cortázar y tantos otros de nuestros grandes), por lo que sus trabajos de escritores franceses y africanos han recorrido el mundo. Además, porque todavía queda más, es investigador. Sus ensayos sobre música, literatura y pintura, han sido difundidos en diferentes revistas y periódicos de América Latina y Europa.

El trabajo de un escritor no es fácil. De hecho algunos definen al acto de la escritura como un constante sufrir. Pero cuando puedes dedicar tu vida a eso, ser protagonista de un reconocimiento como el Premio Rómulo Gallegos es el sueño cumplido. Si no, que lo diga el propio Pablo, quien tuvo que competir con 60 de sus compatriotas y que su libro Tríptico de la infamia será publicado por el Celarg con un tiraje de 20 mil ejemplares. Ahí es cuando el sufrimiento vale, realmente, la pena.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

DESDE LAS ENTRAÑAS DEL TEATRO ANÍBAL GRUNN NOS CUENTA SU VIDA

 Publicado en Contrapunto

Foto cortesía de Fundarte

Los nuevos talentos aprenden a través del ejemplo de los grandes maestros, de allí la importancia de que los legados queden para la historia en forma tangible, para que las lecciones logren vencer el paso del tiempo.

El Fondo Editorial Fundarte publicó La razón... de mi actuación, un testimonio de vida de Aníbal Grunn, indiscutible personalidad de la cultura que con arduo trabajo es protagonista y testigo del teatro contamporáneo. Más allá de la anécdota y de la historia contada, Aníbal se dispone ante nosotros como libro abierto para ayudarnos a descubrir su recorrido de más de 40 obras teatrales escritas en 50 años de vida artística.

Nacido en Bahía Blanca, Argentina, Aníbal Grunn llegó a Venezuela en 1975. Allí desarrolló casi toda su carrera como actor, director, dramaturgo y maestro de actores. Perteneció por una década a la Fundación Rajatabla. Actualmente reside en Guanare, estado Protuguesa, donde es integrante de la Compañía Regional de Teatro de esa entidad.

La razón... de mi actuación es una generosa compilación de entretelones, secretos, fracasos y éxitos, de sorpresas del destino y viajes por las ciudades más importantes del mundo en nombre del arte dramático. Un libro, sin duda alguna, que resultará como brújula o mapa para quienes están comenzando en el difícil trabajo de hacer teatro. Tener el privilegio de leer los aciertos y desaciertos de los grandes es una oportunidad irrepetible que Fundarte hace posible.

Aníbal nos cuenta con detalle y desenfado las intimidades del Grupo Rajatabla, su cercanía con Carlos Giménez y las presiones que jugaron sus cartas durante los últimos días de vida de Carlos. Decisiones por tomar, mares de dudas, la disyuntiva plena de parar o seguir. Por eso, cedo el resto de mi espacio de los sábados para dejarles, a manera de abreboca, un fragmento del libro. Página y media que narra descarnadamente la despedida a quien fuera una de las máximas expresiones del teatro, el irrepetible Carlos Giménez.

Se los dejo, no sin antes recomendarles este libro tan sentido. Es un acto de valentía de Aníbal Grunn desnudarse ante nosotros de esta manera tan honesta. Logra con su vida conectarse a nosotros a través de la transparencia. Lo felicito por eso. Entonces, aquí el fragmento que forma parte del capítulo "Las dos partidas":
"Se fue sin decirnos nada, despacio, callado. Nos dejó solos con algunas herramientas, con el dolor de la ausencia y del silencio.
Algunos de sus proyectos no llegaron a ver la luz, otros se mantienen a golpes y contragolpes y los menos siguen en pie.
Un hombre polémico al que todavía le pretenden cobrar la factura de su inteligencia.
Me pasé toda la noche sin dormir, a su lado, reflexioné, medité, me sentí fuera de mí. Junto a mí, el féretro y a mi lado sus hermanas y sobrinos.
Como a las ocho de la mañana comenzó a llegar mucha gente. Seguí sentado en el mismo sitio. Llegaban autoridades importantes, presidentes, ex-presidentes, me saludaban. Yo respondía como en automático. Sobre el mediodía levantaron el ataúd. Me acerqué con intenciones de acompañarlo, alguien me empujó y me quitaron. Salimos al patio de la funeraria. Los aplausos fueron una despedida interminable para alguien que fue la máxima expresión del teatro. Una amiga me abrazó, comencé a llorar y no dejé de hacerlo hasta llegar al cementerio.
Frente a mí, ese terrible hueco de tierra. No llovía, había sol. La Cantoría lo despidió con el Te quiero de Mario Benedetti y música de Alberto Favero. Lloré sin control. La tierra cubrió el féretro, se hizo una montaña de coronas de flores. Alguien me quiso llevar, dije que no. Me quedé allí, solo. Más lejos las cámaras de televisión entrevistaban a algunos compañeros. Un tipo se acercó, me insultó, me gritó:
—Aprende, hijo de puta, así se despide a los grandes.
Lloré. Todos se fueron. Me quedé solo. Comencé a caminar y a bajar de esa montaña donde él se quedó para siempre enterrado. En un hueco que no le pertenece. No recuerdo cómo, esa noche dormí en mi casa de San Cristóbal.
Por eso decía que para muchos su ausencia es irreparable, pero para otros se produjo como un aire. Un aire, ¿para qué?
Muchas veces me he preguntado, ¿dónde están los detractores que tanto intentaron fastidiar su trabajo? ¿Qué han hecho luego? ¿Los que brindaron y levantaron las copas cuando murió, dónde andan? ¿Su obra creadora, dónde está?
Algunos directores intentaron imitar sus códigos, creyendo que todo era cuestión de poner agua y fuego en escena, paraguas negros o un poco de humo con contraluces y calles. Sin darse cuenta de que la imaginación creadora del genio le pertenece sólo a él, no se puede imitar; no se puede copiar; porque le falta la escencia: su alma".

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

MANUAL PARA POETAS DE JUAN CALZADILLA

Publicado en Ciudad CCS

 

Aunque no haya sido su intención inicial, el Libro de las poéticas de nuestro gigante Juan Calzadilla se dibuja como un plan de vuelo para quienes quieren militar con el poder de la palabra. El Fondo Editorial Fundarte reedita este libro breve y maravilloso que juega a ser rompecabezas, camino de migajas sin destino certero, que nos lleva a las entrañas de uno de nuestros más grandes poetas.

Un conjunto de extractos y anotaciones de Juan Calzadilla nos lleva por los recovecos de la palabra en su más puro estado, una sumatoria de imágenes que nos explican lo inexplicable: de dónde viene la poesía. Él mismo lo dice en su primera página: 

“Con la poética me propongo buscar la manera de insertar el pensamiento sobre poesía en el proceso de escribir el poema, lo cual no presupone entenderme con la definición ni la explicación del poema, como tampoco abordarlo con los instrumentos del saber retórico o de la razón teórica, en procura de una verdad que, tratándose de la poesía, no puede encontrarse fuera del lenguaje en que ésta se escribe”.

Nos advierte Calzadilla: 

“Ya sabemos que la poesía nunca ha podido, por suerte, encontrar una definición entera, cabal y precisa. Si así fuera, inmediatamente desaparecería el interés por ella”. 

Sin embargo, en esa búsqueda estéril de explicaciones nos encontramos con el aliento necesario para practicarla:

"Escríbelo. Escríbelo de todos modos. Escríbelo como si finalmente nada hubiera por decir.
Escríbelo. Escríbelo aunque sólo fuera para demostrar que lo que tenías que decir no ha elegido en ti al instrumento para decirlo".

Más que libro, es un privilegio hecho libro. En nuestras manos tenemos confesiones transparentes de su autor, intelectual de influencia indiscutible en estos tiempos de construcciones colectivas. Confesiones como esta nos atrapan: 

“Yo tengo en la prosa, en el hecho de adobar la prosa, una tentación estética. Procuro verme en ella como en un poema. Y créanme que a veces logro verme. Imperfectamente, claro, pero de cuerpo entero”.

“Cuando estoy frente a la página en blanco prefiero callarme. Me limito a esperar que la inspiración intervenga para que empiece ya a sacar como de un saco, imagen tras imagen, las palabras”, nos cuenta Calzadilla. Eso sí, nos alerta: 

“Pero hay un inconveniente. Y es que cuando afinco la punta del lápiz las palabras permanecen renuentes y en estado larvario, sin atreverse a levantar vuelo desde esta mano que, en vez de dictarlas, las estrangula”.

Sin embargo, a pesar de ese ataque de rebeldía, debemos sincerarnos con nosotros mismos y con el mundo que creemos conocer: 

“El poeta no puede sino desear que sea la realidad la que se sincere, manifestándose como tal, de modo que pueda hacerse evidente en el poema. Pero entonces la realidad se calla”.

Y en medio del silencio de la realidad agazapada y de la amenaza de la página en blanco, de las palabras estranguladas, tenemos el Libro de las poéticas como una especie de brújula. Porque mientras exista la poesía tendremos la esperanza de un mundo nuevo, el de la construcción amorosa.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

LOS INTELECTUALES QUE VIENEN DEL PUEBLO

Publicado en Ciudad CCS

 

Cada libro tiene su historia, y ese pedacito de uno mismo que hace de cada libro un recuerdo es lo que los acompaña, además del contenido de sus páginas. Nunca es igual el manuscrito de su autor a lo que se une como parte de nuestra biblioteca. Hace un par de semanas acepté una invitación para pasar una tarde de viernes en el Café-libro El Techo de la Ballena de la esquina Gradillas.

Un espacio ganado para la paz, para el encuentro y para la celebración de lo lúdico como trinchera. Otro golazo de nuestro querido alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez.

Gracias a la iniciativa de la gran defensora del libro Marialcira Matute pude aprender los secretos del oficio de librero. Junto al escritor Iván Padilla Bravo atendimos mesas, recomendamos libros y participamos en interesantes tertulias con los comensales.

Incluso leí un par de poemas y dimos varias entrevistas. En ese ir y venir, hurgando en los anaqueles que van desde el suelo hasta el techo, con una escalera de rueditas robándose toda la atención del público, se produjo un hermoso reencuentro: un nuevo libro de mi querido amigo Julio Borromé.

Así que sin buscarlo, Julio, gran poeta y promotor cultural trujillano, me sorprendió con Los intelectuales y la filosofía de lo popular, donde nos empuja a reflexionar sobre la Revolución Bolivariana y la revolución cultural, sobre la reinvención de la utopía, sobre nuestra concepción de belleza y sobre nuestros brazos abiertos como practicantes del amor colectivo. Una edición impecable, como siempre, del Fondo Editorial Fundarte, que recomendaré a mis amigos y amigas en plena Feria Internacional del Libro, que comienza en pocos días y que se convierte en una gran fiesta.

Por lo pronto, les dejo algunos pasajes de este libro de Julio Borromé, a quien les recomiendo no pierdan de vista, porque es de esos creadores que producen sin descanso, que no le dan espacio al silencio, que militan con su obra:

“En la Revolución Bolivariana nosotros comprendemos a los intelectuales en virtud de su auténtica contribución a establecer la endopatía, que consiste en revivir el tejido afectivo de las comunidades y sus espacios comunitarios. Con esto tenemos que el proceso de la comprensión de lo político debe ser considerado como expresión de la identidad y de las formas en que aparecen las manifestaciones culturales, la conexión vivencial de los intelectuales, las comunidades y los saberes. Pero dichas expresiones surgen de las profundidades de los procesos sociales, políticos y culturales. Solo entonces podremos preguntarnos acerca de la vitalidad de las filosofías de lo popular como categoría que puede recoger y expresar en la aportación crítica de su método, las características, el substrato ontológico y estético, a una relación con este todo contenido en la vida, en las que han de nacer nuevas estructuras políticas y nuevos modelos de entender la relación de los ciudadanos con sus lugares de reconocimiento”.

Creo que gracias a Julio (o por culpa de Julio, quién sabe) pienso en aquellos “intelectuales” de cajita feliz, esos que no se llenan los zapatos de tierra, esos que se la dan de bravucones a través de las redes sociales. Esos mismos que desprecian al pueblo y defienden a la cultura como una propiedad de las grandes élites académicas, donde en lugar del aire fresco corre la fría distancia de un aire acondicionado.

Celebro a intelectuales de a pie como Julio Borromé, quienes llegan a nosotros gracias a la democratización del libro y la lectura. Solo posible en Revolución.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

CALENTANDO MOTORES PARA LA LEY DEL LIBRO

Publicado en Desde La Plaza



Desde 1997, vigencia de la actual Ley del Libro en Venezuela, es mucho lo que se ha cambiado en esta área. El registro obligatorio en el IBSN, los nuevos soportes digitales, fomentar la lectura con mayor fuerza, la democratización del acceso al libro, el reimpulso de las bibliotecas públicas y la protección de los lectores y lectoras forman parte de los mayores retos que este nuevo instrumento jurídico tiene sobre el tapete.

La nueva Ley Orgánica de la Cultura, vigente desde el 2014, da plazo de un año para la creación de instrumentos de regulación en cuanto al sector de las letras. Para ello, ya comenzaron los debates con la instalación de la mesa de trabajo correspondiente que reúne a la Comisión Permanente de Recreación y Cultura de la Asamblea Nacional (AN), el Centro Nacional del Libro (CENAL) en representación del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro) en representación de las agrupaciones gremiales como la Cámara de Editores, la de Editores Alternativos y los profesionales de las artes gráficas. La próxima reunión de trabajo será este 15 de junio en las instalaciones del Cenal.

Al respecto, durante la FILVEN de este año, el Ministro del Poder Popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza, consideró que “hay que legislar para el débil jurídico, que en este caso es el lector; tenemos que garantizar al lector sus derechos culturales, pero también tenemos que crear las condiciones para que todos los autores puedan publicar”.

Por esta razón, Iturriza enfatizó que “tenemos que garantizar que el público tenga cada vez mas acceso a bienes culturales diversos y de calidad; garantizar condiciones de producción y publicación de autores clásicos y también de los nuevos, tanto los que están a favor de la Revolución Bolivariana como los que están en contra, con todo su derecho de tener esa posición. Creo que eso es el ejercicio de la democracia”.

Es mucho lo que se ha avanzado en la democratización del libro y el fomento de la lectura durante finales del siglo XX y lo que va del siglo XXI en Venezuela. Infinidad de ferias del libro, nacimiento de nuevas editoriales, concursos nacionales y regionales, campañas comunicacionales, apertura de nuevas librerías y reimpulso institucional de las bibliotecas públicas. Sin embargo, todavía queda largo camino por recorrer.

Iván Diéguez, Presidente de Cavelibro, indicó que esta nueva Ley del Libro no es una carrera contra el tiempo, sino que se trata de realizar un instrumento jurídico adaptado a nuestra realidad nacional. Por ello, Christhiane Valles, Presidenta del CENAL, informó que en la reunión del 15 de junio buscarán puntos de encuentro en cuanto a la definición metodológica para poder avanzar en la redacción del Proyecto de Ley, el cual será debatido con el pueblo legislador para su futura aprobación.

El debate conjunto de los sectores público y privado, Cavelibro y CENAL, es clave para alcanzar esta meta con éxito. Que hayan instalado la mesa de trabajo correspondiente es un gesto importante en cuando a las firmes intenciones de todos los involucrados en el sector de llegar a un consenso. Lo importante es que escritores, profesionales relacionados al libro y pueblo lector sean los verdaderos protagonistas y que este instrumento legal busque con transparencia el beneficio de todos ellos. Que no se pierda de vista que el derecho y el deber a la lectura y el libre acceso al libro como obra creativa y herramienta para la liberación sean las verdaderas motivaciones de este claro ejercicio de la democracia.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com