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martes, 9 de junio de 2015

LA PALABRA REBELDE DE EDMUNDO ARAY

Publicado en Ciudad CCS




Nuestro aragüeño de la palabra como arma liberadora, Edmundo Aray, toma las Librerías del Sur por asalto con su siempre vigente poemario Tierra Roja, Tierra Negra. Gracias al esfuerzo de la Fundación Editorial El perro y la rana por defender nuestra memoria colectiva, se reedita este breve pero efusivo libro de 1968, cuando el planeta tierra se encontraba revuelto (como lo sigue estando) por la atroz bota imperial, esa cobra gigantesca que todo trata de devorarse. Esa convulsionada década de los sesenta, parte del mismo guión de quienes pretenden recolonizarnos hoy, tiene mucho qué enseñarnos en este siglo XXI que sigue naciendo al ritmo de nuestra voluntad de construcción de ese mundo nuevo del que nos hablaban el Che Guevara y el Comandante Hugo Chávez.

El estilo de este poemario en particular ha sido catalogado por algunos como surrealismo socialista, pero cuando nos jugamos la vida, poco importan las etiquetas. Lo que realmente vale es que en sus páginas pululan las ideas de Malcom X, Ho Chi Min y el propio Che, entre muchos más. Hoy, casi cincuenta años después de su primera publicación, Tierra Roja, Tierra Negra sigue siendo un gesto de lucha solidaria, un grito inconforme ante la guerra, un clamor hecho palabra en contra de la violación de los DDHH, un paso adelante para vencer de una vez por todas el saldo mortal del racismo.

Edmundo Aray, uno de los fundadores del movimiento artístico venezolano El Techo de La Ballena, en el que coincidieron nuestros grandes creadores como Juan Calzadilla, Salvador Garmendia, Adriano González, Francisco Pérez Perdomo, Dámaso Ogaz, Daniel González, Efraín Hurtado, Caupolicán Ovalles, entre tantos otros, se hace de ese espíritu provocador tan representativo de su obra, para llamarnos a la batalla de las ideas: allí todos y todas somos indispensables. Por eso nos dice, en su Canción del Che: 

“No podemos permanecer indiferentes 
a lo que ocurre en cualquier parte del mundo. 
Una victoria de cualquier país sobre el imperialismo 
es una victoria nuestra. 
La derrota de una acción cualquiera 
es una derrota para todos”.


También evoca directamente al Che Guevara, guerrillero heroico, haciéndose de sus palabras en el poema Poder negro: 

“Ahora estamos comenzando a revivir, 
y a comprender 
qué es lo que dice el Che 
cuando dice que un hombre se despierta de su muerte 
y comienza a amar tanto la vida 
que arriesga su vida, 
a fin de poder salvarla”.

En Venezuela, felizmente, contamos con grandes creadores. Edmundo es uno de ellos. Cuentista, poeta, investigador, editor, cineasta, ensayista e historiador. Quién iba a imaginar que un economista se sumergiría con tanta pasión en el acto creativo, en el hecho cultural, para combatir desde el arte las injusticias del mundo. Las razones humanas son el gran misterio. Me recuerda la imagen con la que Eduardo Galeano abre El libro de los abrazos: El mundo es un montón de gente, un mar de fueguitos. Y Edmundo es de esos fuegos tan grandes que arden la vida, como diría Galeano, que nos enciende si nos acercamos.

Entonces, con Tierra Roja, Tierra Negra bajo mi brazo, me dispongo a salir de la burbuja confortable de este mundo de negación donde nos sumergen los imperios con sus industrias culturales de laca y lentejuela. Me dispongo a luchar por ese mundo mejor que queremos y merecemos. Porque para eso, creo yo, Edmundo nos escribe: para sacudirnos el letargo, para incendiarnos de tanto amor por una humanidad justa y libre.

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

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