Publicado en Ciudad CCS
Durante el mes pasado se llevó a cabo el 12° Festival Mundial de
Poesía. Lo celebramos juntos rindiéndole tributo al poder de la palabra
como arma liberadora y herramienta firme para la paz. Es tradición que
durante el festival se presente la antología poética de la edición
anterior, así que este año publicaron y colocaron a la venta en la red
de Librerías del Sur La letra y la paz, antología poética del 11°
Festival Mundial de Poesía, editado por la Casa Nacional de las Letras
Andrés Bello y que reúne a los y las poetas que participaron en esa
ocasión. Luis Camilo Guevara, Edmundo Aray y Luis Alberto Crespo fueron
los poetas homenajeados.
Estas antologías ya tienen su lugar fijo en mi biblioteca, porque en
sus páginas puedo revivir a mi antojo una de mis fiestas favoritas del
año.
En sus páginas siempre encuentro motivos para sonreír. Por ejemplo,
encuentro un poema de Ahmet Telli, quien nos visitó desde Turquía el año
pasado. El poema se llama Tu sonrisa se me agrega en la identidad y
dice así:
“Cae el día y tu sonrisa se queda conmigo
las memorias se arrastran como nubes
nuestra vida es la suma de las idas
quizás un poema sin terminar
deja de buscar respuestas contrarias
al salir el otoño se alzan las aguas
tu sonrisa se hace una llaga sin cura
se hace abismo, se hace verdugo cada noche
cada noche vuelve a comenzar el saqueo
el dolor pasa a ser ruido, el ruido a ser lluvia
así pasamos a vivir un septiembre viejo
cada lugar donde me asilo lleva tu nombre
las patrullas entran en la calle cuando estás
y tu sonrisa se me agrega en la identidad”.
Desde Asia, el poeta Chino Tan Xudong nos habla de la vida a contrarreloj en su poema Una Era, que dice así:
“Frenéticos
buscamos ganar tiempo con la prisa
Nadie se detendría un momento
para apreciar una flor en la calle
El amor también se ha vuelto comida rápida
Raptado por palabras vacías
en la edad de la inocencia”.
Salir a la calle en nuestras ciudades de ritmos salvajes, de gente
que corre siempre, de miserias humanas llevando la batuta, deja de ser
amenazante o traumático si llevamos un libro de poesía en nuestras
manos. Ese libro, al abrirse, nos habla, nos invoca, nos interpela, nos
guía, nos ilumina, nos señala el camino.
Luis Enrique Belmonte dice que un festival de poesía es una fiesta pagana, un espacio resonante donde se alojan infinidad de voces andantes en franco diálogo. Bien, un libro de antología de un festival de poesía es llevar esa fiesta acompañando nuestro paso. Es, digamos, un privilegio. Como privilegio es que Luis Alberto Crespo nos diga mientras sorteamos las aceras feroces:
“Afuera Ninguna casa es para vivir No hay otra pared Que la grieta en el cuerpo Lo borrado Me quita la voz de la boca”.
@GipsyGastello
ggastello@gmail.com
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