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viernes, 31 de julio de 2015

VENEZUELA SÍ ES UN PAÍS DE LECTORES, ¿Y AHORA QUÉ?

Publicado en Contrapunto



Abriendo las páginas de un periódico de circulación nacional, el azar juega sus cartas a mi favor y me encuentro con ese tipo de noticia que resulta tan placentera: El 82% de la población venezolana lee con frecuencia.


La última encuesta del comportamiento del lector, realizada rigurosamente por el Centro Nacional del Libro (CENAL), arrojó esta cifra tan esperanzadora, colocando a Venezuela como el tercer país más lector de América Latina, luego de Argentina y México.


Exactamente, 82,2% de los venezolanos y las venezolanas leen libros. A pesar de esa declaratoria de indigencia cultural que tan vehementemente lanzó al aire Leonardo Padrón este año en el Festival de Lectura de Chacao, en medio de una guerra económica que cada día afila más y más sus garras, alrededor de 25 millones de personas en nuestro país leen libros (y cuidado si no más). No sólo revistas deportivas o de moda, panfletos, páginas web y noticias; libros, con todo lo que eso significa.



Con esta extraordinaria noticia entre mis manos, ya con el día resuelto de la alegría, decido pensar en qué significa aquello de “leer libros”. Me voy, evidentemente, a los libros que hablan sobre leer libros.


Para Pedro Laín Entralgo, “es, pues, la lectura —al menos cuando logra su pleno acabamiento— un silencioso coloquio del lector con el autor de lo leído. Éste da figura escrita a una parte de lo que su espíritu contiene, idea, sentimiento, recuerdo o invención; y el lector llega a serlo plenamente cuando, puesto en contacto sensorial con lo escrito, descubre y entiende lo que con ello quiso el autor expresar”. 


En su libro La aventura de leer, publicado en 1956, Pedro Laín Entralgo nos explica que esa conjunción silenciosa entre autor y lector “es ante todo recreación, así de la materia leída como del alma lectora”. De hecho, afirma que “la lectura recrea y nos recrea”, ya que “todo cuanto un hombre lee es por él personalmente recreado, vuelto a crear”. Lo ejemplifica con mucha claridad: “El pensamiento de Aristóteles y la significación humana de Hamlet vuelven a nacer, recreados por el lector, si éste entiende de veras su lectura”.
¿Por qué habla de recrear y recrearse? Porque el lector, además de volver a crear gracias a su plena interpretación de lo leído, “se crea a sí mismo de nuevo, vuelve a crear su propio espíritu. Recreación es, en efecto, esa enmienda que de nosotros hace la lectura cuando aquello que se lee interviene, rectificándonos, en lo que conservamos de nuestra vida anterior: saberes, hábitos intelectuales o estimativos”. 




Venezuela es un país de lectores y lectoras. Entonces, es un país en el que el 82,2% de su población está en un constante recrear, a partir de la plena interpretación de lo leído. Sería interesante saber qué es lo que estamos leyendo, como especie de brújula para conocer la ruta que hemos demarcado para construir nuestro futuro. Allí, estoy segura, encontraremos muchas de las respuestas que tanto estamos buscando.


Para Albert Béguin, en su libro de 1973 Creación y destino, “lo que somos en la actualidad está compuesto sin duda de encuentros humanos, de accidentes de todo tipo, de nuestras miserias y nuestros éxitos, pero también, en un grado inapreciable, en un grado inmenso, de los libros que hemos leído, de los libros que se han convertido en nuestra propia sustancia”.

No es poca cosa que seamos un país lector. De hecho, allí, en los rincones más escondidos de nuestro hábito, podemos descubrirnos a nosotros mismos. Tal vez sea hora de que los grandes estudiosos de la realidad nacional, “opinadores” de oficio y personalidades de la crema y nata de esa nueva casta ocupadora de titulares, se detengan un momento en esta cifra tan felizmente impactante, para que logren afinar su mirada escudriñadora que a diario nos señala como un país inmerso en el caos.


@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

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