Recomendamos

viernes, 31 de julio de 2015

LAS CAMPANADAS DE MIGUEL MÁRQUEZ

Publicado en Ciudad CCS



A propósito de la VI Feria del Libro de Caracas que comienza hoy, la Fundación para el Desarrollo Cultural del estado Mérida (Fundecem), de la mano de su presidente Pausides Reyes y del poeta Gonzalo Ramírez, presentará el poemario de nuestro querido Miguel Márquez titulado Campana en el fondo del río, que reúne 62 poemas sobre la vida y sus demonios, la noche y sus ángeles, el poder de la palabra sanadora e hiriente, la gran pregunta que nunca tendrá respuesta. 

En sus páginas Miguel nos hace viajar hacia los tiempos del Grupo Tráfico, fundado en 1981, en el que declararon: 

“Venimos de la noche y hacia la calle vamos. Queremos oponer a los estereotipos de la poesía nocturna, extraviada en su oficio chamánico de convocar a los fantasmas de la psique o de lanzar hasta la náusea el golpe de dados del lenguaje”. 

Los poetas vienen de la noche y la poesía se va a la calle. Y en ese andar y desandar es que siempre me encuentro con Miguel, extraordinario alfayate del gesto poético como vida cotidiana, a quien pude preguntarle cara a cara, suerte la mía, sobre el origen de su Campana en el fondo del río. Su respuesta fue sorpresiva, estos poemas vieron la luz gracias a las redes sociales. Por esa necesidad de crear y decir y hacer que acompaña a quienes toman la palabra como arma liberadora, Miguel iba colgando en su muro del Facebook religiosamente, uno a uno, estos 62 poemas. La aventura internauta ocurrió entre enero y junio del año 2014. Justamente hace poco más de un año, su gran amigo Floriano Martins, ese brasileño incansable, le propuso traducirlos al portugués y publicarlos con la editorial Sol Negro, en Brasil. En ese entonces apenas eran 30 poemas y fueron acompañados por las imágenes de Floriano. Resultó un tiraje de 250 ejemplares. 

Ahora, gracias a Fundecem, podemos tener la totalidad de estos poemas que, curiosos e inquietos, se colaron en el laberinto 2.0 que marca nuestra época. Allí Miguel nos dice: 

“Si uno supiera lo que escribe en un poema,
si entendiera lo que deja de lado al encender
La lámpara, si fuera posible hacerlo a oscuras
Y cabalgar con esa materia gruesa, amorfa,
arisca a las vocales, al ritmo, a la sintaxis,
Si aquello tomara el lápiz y borrara metáforas
Para dar a luz lo que no existe, si uno fuera
Capaz en lo crudo y sin ninguna vergüenza”.

Miguel Márquez nació en 1955 y estudió Filosofía en la UCV. También pudiera decirles que participó en los talleres de poesía del Celarg, que es cofundador del Grupo Tráfico, que dirigió la Fundación Kuai-Mare y que fue presidente de la Editorial el Perro y la Rana. En 1982 fue reconocido por el Premio Fernando Paz Castillo, mención poesía, por Cosas por decir. También es autor de Soneto al aire libre, Poemas de Berna, La casa, el paso, A salvo en la penumbra, Linaje de ofrenda, La memoria y el anzuelo, Fragmentos de la batalla, entre otros. 

Más allá de los datos históricos y bibliográficos, quisiera invocar a Jonatan Alzuru Aponte, quien en su libro Ejercicios para cuidarse. Foucault, Nietzche y Maquiavelo como herramientas, dice: 

“Miguel Márquez es poeta. Estudió filosofía, pero su asunto es pensar ideográficamente. La metáfora es su espada y refugio, su mar y convento”. 

Eso es lo que debemos decir de Márquez: Es poeta y la metáfora es su espada. 

@GipsyGastello
ggastello@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario